jueves, 30 de agosto de 2012

Suspiros de un Alma Vacía: Ana Lucía

 

No demore tierna niña en mantener la simetría,
no demore señorita... en saborear al hado,
que contiene las esferas, continentes de alegría,
que salpica a la fortuna, que destila al condenado.

No esperance con las horas que calmadas tierna mía,
van, conducen al destino, lo conducen acertado...
las cadenas de la vida sonando en alegoría,
adornando los caminos que éste lleva adormilado.

Estrellada de simplezas, maquillada yo diría,
sintetiza usted al tiempo que esperando va agotado
y se mezcla con el éter concibiendo así sombría
Soles, flores amaneces... amistad… Ana Lucía.
                                                                 L.L

viernes, 24 de agosto de 2012

Dicha


Te pierdes, consentida
y esperas figurando...
donde andarás cantando
dulce, dulce bandida 
 
Te escondes resentida
te burlas, esperando...
cadente y rica contando
los minutos... dormida.
 
Tu misión por cumplida
has de estar albergando
y vienes ahora rondando
a mí... prometida.
 
Risueña y convertida
en niña retozando
vienes a mí alegando
simplona... convenida.
 
Deja ya a la vida...
dicha, descansando
y sigue caminando
dulce, dulce bandida.
                               L.L

sábado, 18 de agosto de 2012

Amigos


Ideas que esperan,
los labios bandidos
conocerse dos almas
andar comprometidos.
Acompañan los días
dos viejos sonidos,
con nuestras voces
esperando dormidos,
...a los duendecillos
que construyen espacios,
donde siembran destinos
depositan cansancios.
Que crecen desnudos
con vientos del norte,
que crecen unidos
huyendo hacia el bosque,
saltando benditos
anuncian su gloria,
tempestades y gritos
no opacan memorias.
Sostienen embates,
lisuras y riñas
esperan combates
conocer genuinas
joyas que tientan,
obstáculos nacen
cabezas calientan
valientes lo hacen.
Saludo dichoso,
el camino que esperan
destinos con gozo
que amigos... trajeran.
                                   L.L

martes, 14 de agosto de 2012

Sirena


De madrugada y en penumbras, dos velas en el fondo de la habitación plegaban nuestras sombras que se mezclaban en el suelo bailando a la luz parpadeante de las llamas, que perdían su brillo en ocasiones opacadas por una tenue luz de luna que se colaba a través de las cortinas. 

Musitaba yo ensimismado en pensamientos distorsionados por miradas de pálidos semblantes, que a mis oídos y entre murmullos me insitaban a dejarte. La espada de la esperanza que blandía mi espíritu evitaba que los murmullos ingresaran a mis oídos y el sentimiento como luciérnaga rutilante yacía aún dentro de mi corazón. Unos pasos diste hacia mí y en tu mirada se perdía la mía y vagaba entre mundos jamás conocidos, y llevado por tu mano volaba por entre los planetas, por entre el universo infinito, volaba por entre dioses caídos y estrellas durmientes. Y me veía feliz y te veía sonreir y mi interior se colmaba de ti.

Llegaste a mí, en medio de la habitación y las cortinas impulsadas por el cierzo, de la noche moldearon tu figura completamente, los deseos ahora se hicieron fantasías y perdidas en nuestras mentes jugueteaban como niños, en el jardín de nuestras memorias. Agarré tu cintura y te hice hacia mí pero los deseos como perdidos entre nuestras sombras parecían no tener sintonía. Reacia tu mirada intentaba perder la mía y tus brazos escondían la necesidad de los míos. Levanté los ojos y tu mirada me mostró el vacío en donde me hundiría para jamás volver. El piso de parqué crujió debajo de los pasos que dí para alejarme de ti.

Me sentí espantado...

La pintura hermosa que conocía ahora yacía como un óleo carente de vida colgada sobre una pared de indiferencia.

Empecé a temblar y a caer en el abismo que insondable, se tragaba los sentimientos que alguna vez sentimos. Intentaba gritar pero el ruido de tus pensamientos opacaron todo intento de mis labios exclamar alguna exhortación.

Me veías caer desde el suelo de la habitación, hacia el abismo de tu indiferencia, y el gigante que me esperaba en el fondo ya había empezado a tragar parte de mi alma. Cerré los ojos pero aún seguías viendome y la esperanza empezaba a perder la batalla, y los murmullos empezaron a hacerse susurros, y los susurros en declamaciones y las declamaciones en razones. Las pasiones fueron reemplazadas por razones y las miradas asesinas de amores, derrotaron a la esperanza.

Apoyado en el alféizar con la cabeza gacha mirando la luz de la luna extender su fuego sobre la tierra, quemaba mi interior y sentía arder cada latido de mi corazón.

Ya no deseaba verte más...

Tocaste mi hombro y sentí un pesado yunque destrozar todo mi ser. Me senté en el suelo, sin proferir palabra alguna mirando tus piernas y escuchando partirse el parqué con cada paso que dabas para alejarte de mí, en tu prisa por salir de la habitación.

Allí me quedé y aún continúo mirando ese suelo ansiando que tus pisadas retornen el sentimiento que alguna vez ingresó por aquella puerta. Ansiando que los anhelos retornen exaltados, y que paroxismos encuentren corazones que asaltar a la luz de estas velas.

Pero jamás llegas.
L.L